Es la forma de crecer, evolucionar y avanzar.
El mundo no es estático y está en permanente cambio y por lo tanto nuestro mundo cambia y cada uno tiene la facultad y el libre albedrío de elegir en qué sentido.
En la vida nos movemos por dos fuerzas, inspiración o desesperación. Independientemente de los sucesos, podemos elegir una actitud mental positiva o una actitud mental negativa.
Si uno adopta una actitud mental positiva frente a los cambios, los problemas del mundo tienden a doblegarse, a la inversa se multiplican.
Cultivar una actividad mental positiva es lo que va marcar una diferencia notable en nuestra vida.
Si uno está bien el mundo está bien.
Si uno no está satisfecho en su mundo y desea cambiarlo pues la única forma es empezar por si mismo.
Los cambios que uno no se atreve a dar dejan huella. La inacción genera frustración hacía uno mismo y deriva en rencor hacia los demás.
El precio de no tomar decisiones hacía al cambio es mucho más elevado que cometer errores.
El cambio no produce dolor, lo que provoca dolor es la resistencia.
El cambio asusta y lleva tiempo, pero merece la pena y mucho.
Te puedo ayudar, si quieres claro.